GUTIÉRREZ NO CUMPLIÓ


Publicado en  “EL DIARIO DE QUILMES”
Dirección periodística: Andrea Frade


Nocturnidad: Gutiérrez sigue sin cumplir su promesa de clausurar “definitivamente” a los boliches con irregularidades

29 de noviembre de 2011

Los operativos que durante el pasado fin de semana llevó adelante el Ejecutivo en materia de nocturnidad, arrojaron como saldo varias “clausuras y re clausuras”. Los destinatarios son irregulares endémicos. Boliches que son constantemente sancionados, pero que evidentemente conservan la capacidad de seguir funcionando, sin más perjuicios que multas que tampoco erosionan el negocio.  Gutiérrez prometió poco antes del 23 de octubre que empezarían a ponerse en marcha las “clausuras definitivas” para los irregulares. No cumplió.

Así, la propia información que aporta el área de Prensa del municipio, comprueba la condición de “clausura y reclausura” de varios boliches que ya son un paradigma de descontrol y a los que nadie parece querer o poder hacer cesar definitivamente en su actividad. Muchos de ellos son constantemente infraccionados. De manera inútil, claro.

Sus nombres son conocidos: “Cronos”, ubicado en Garibaldi 228;  “Mal de Amores”, ubicado en Garibaldi 222;  “La Mentirosa”, en Alvear 717;  “Juan de la Cosa”, San Martin 758  y , el paradigmático “Diversión”, ubicado en Mosconi 4596, al que se infraccionó por no haber levantado la anterior clausura. Un contrasentido importante, ya que la sanción va “en baja”.

Muchos de éstos lugares son un azote a la vida de los vecinos de la zona, y una excelente oportunidad para el descontrol. Que un comercio trabaje a fuerza del constante pago de multas e infracciones, es una muestra clara de lo conveniente que resulta desde el punto de vista económico, pagar y seguir funcionando. La pérdida es insignificante cuando se la compara con el haber.

La administración es cómplice de esas situaciones, porque deja de usar herramientas que le son propias.  Gutiérrez puede clausurar en forma definitiva a recurrencia de sanciones. No lo hace.  La pregunta es porque si se exhibe como un hombre a quien la mano no le tiembla, se comporta tan impotentemente en un tema delicado y caro a la tranquilidad de todos.

La cuestión parece tener varios “miles de razones” que la expliquen cada semana.

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